Séptimo fragmento de Risa y Ridículo en Río Piedras, una novela en progreso

Me cayó la macacoa

En la comuna definimos macacoa como un dolor intenso en el bicho que llega después una buena paja y que da la sensación de querer mear sin parar, combinado con un ardor caliente, temblor en las rodillas y la inevitable sentada extendida en el inodoro... sin saber si se va a soltar un criolla o se va a mear el infinito. La única forma de sobrepasar este malestar es quedarse ahí sentado hasta que uno se duerme y de repente se levanta en la cama al otro día. No sé de dónde carajos viene ese dolor, pero desde hace ya un tiempo me ataca cada vez que me pajeo tarde en la noche.

Como el queso me invade la macacoa ha sido cada vez más frecuente en los últimos meses... pero la noche en que Atabey me dejó con la carabina al hombro y corazón partío pensé que se me partía el bicho. Después de una hora en el baño salí y El Pillo estaba allí con Chuka y el Sólido. No los sentí llegar, pero seguro ellos me sintieron llorar. No sé si las lágrimas eran por el dolor de Atabey o el de guevos... pero salí y cogí el pincho, me dí tres cachás y me tiré en el sofá al lado del Sólido. Después que me acosté me acordé de la panza pelúa de ese animal y sentí asco, pero qué carajos... me quedé allí un rato y lo escuché decirle a Chuka que el olor de su pelo lo tenía arrebatao, y que estaba loco por tenerla espatarrá encima de su cara... fue tanta la pavera que se me olvidó un rato la macacoa y me paré a comer un poco cuando El Bueno entró a la sala, se paró e hizo el baile del rey... Elvis daría hasta su guitarra por bailar como ese hijoe puta, acto seguido sacó de su maletín una bolsa de sorpresitas de las que vendían en la tienda del barrio y me la dió. Cuando la toqué sabía lo que era y sentí miedo, pero la abrí. Eran tres chapas. Corrí a la nevera, busque jugo de china y me las comí... Me senté en el piso, escuchábamos Tom Waits. Últimamente sólo escuchamos Tom Waits.

De repente sentí que la armónica me golpeó el oído y El Pillo comenzó a bailar levitando, Chuka y El Sólido se chupaban con las lenguas por fuera, bien largas y colorás... El Bueno empezó a vomitar, y un canto de carne me cayó encima... estaba como acabao de salir del sartén. Me quemó el pecho y empecé a gritar. Todos se me acercaron. El Sólido agarró una bolsa que tenía un disco duro adentro y me tiró un cantazo que me tiró a la cocina... mientras caía ví tres palomas entrar por la ventana y soltar una plasta de mierda que le cayó en la calva al Sólido que se tiró sobre Chuka y a ella le tocó también algo de mierda... le metí un cantazo hijo de puta a la nevera y caí al lado del zafacón... desperté al rato y El Bueno se había acostao... El Pillo estaba en el piso, había comío chapas por primera vez... No ví ni a Chuka ni al Pillo cuando bajé las escaleras. Me fui corriendo por la calle de mi casa hasta el seven. Llegué y allí estaban tres policías. Compré una Pent House y salí... ni cuenta me dí cuando llegué a casa de Atabey, pero conmigo andaba un teco que se pasa en el seven. Recuerdo que el cabrón quería cambiarme un sandwich por la revista, pero ni pa dios me dejé joder... la cosa es que el tipo me ayudó a trepar por la pared del apartamento de Atabey y volví a sentir las jodías chapas... floté hasta la ventana y allí la ví bien grande, más grande que grande, enorme... debía ser el güevote del cabrón que estaba debajo de ella que la tenía cambiándo la bombilla del techo, sube y baja sube y baja... no podía dejar de mirarla, medía como ocho pies, llenaba todo el cuarto subiendo y bajando... y de momento empecé a venirme en cantidades industriales... me salió un chorro que emplastó to el pantalón y le cayó el teco que empezó a gritarme barbaridades y se fue encabronao... me vine sin hacer ruido, sin gritar como es mi costumbre... Ella se vino cuando yo todavía no sentía las rodillas... y cuando la miré, ya pequeñita como siempre, estaba abrazada a un vibrador...

Bajé por la verja y me fui otra vez caminando por Río Piedras, sólo que nunca había caminao con el pentalón pegajoso de leche, al cruzar la Muñoz Rivera me empezó una macacoa tan grande como la venía que me acababa de dar... saqué la revista del bolsillo y la boté.

EME

Eme utiliza un sombrero de Panamá en honor a Andrés Jiménez, el Jíbaro y planea reemplazar a Eva Green en la próxima película de James Bond.
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6 observations:

La Caribeña dijo...

Tipo, ¿qué diablo te fumaste pa escribir ese relato tan escatológico? De verdad que me dejaste con los ojos cuadriculados... O_o

Anónimo dijo...

La escatología es divertida, pero eso se lo tienes que preguntar a EME. Ojos cuadriculados, esa imagen está de lo más aquel.

Angel dijo...

Popu como que tu estas por llamarte el Hunter S. Thompson/Bret Easton Eliis macondiano.

Anónimo dijo...

Mira Gasparin yo no soy Eme. Eme es otra persona bien diferente a mi.

Anónimo dijo...

jajaja la musica de tu blog me da risa

Anónimo dijo...

Esta bien. Tus desventuras me causan mucha risa. Asi que estamos a mano.