Noveno fragmento de Risa y Ridículo en Río Piedras, una novela en progreso

La Fuerza

El cabrón dueño de la comuna nos llamó hace unas semanas porque teníamos que mudarnos, así que empezamos a buscar, pero se nos había olvidao. Desde el principio temí que iba a terminar fuera de Río Piedras. Y así fue. Lo más barato que conseguimos fue en Hato Rey y en dos días nos mudamos. Antes de irme de la comuna me dí el gusto de explotar dos pichones de paloma que habían nacío en un nido detrás de la lavadora... les dí contra el piso como le daría al novio de Atabey si pudiera. Ella no había llamado más. Habían pasao cinco días desde el mensaje y na’...

Hace unos dias fue mi primera noche solo en la nueva casa. El Pillo se fue a su pueblo y El Bueno también... Pensé pasarme la noche leyendo algo del Gonzo y fumando un poco, pero no. Justo cuando iba a empezar el capítulo 8 de Fear and Lothing in Las Vegas, ese en que Gonzo mira al desierto y se da cuenta de cómo todo por lo que se luchó en los sesenta se había ido como una ola... pero de momento escuché un reguetón desde lejos. Se oía clarito el cabrón, era un concierto y de repente no me ubicaba... hasta que oí lo divino... Pal cruce me tiré yo a pié... ¡Diablo! ¡El concierto en La Feria de los reguetoneros viejos! Me lo tiré completito al cuerpo sentaito en casa fumando yerba como en los viejos tiempos. No sé cómo Alexis y Fido se atreven llamarse los reyes del perreo y otros mamos de ahora alardean. Lo que oí fue puro caviar sabrosón. El beat antiguo por ahí pa abajo, los gritos de ah ah eh eh...

Me fuí en un viaje cabrón... de momento me ví bailando en el centro comunal de Cordillera, un barrio de mi pueblo, en algún quinceañero de los que íbamos de cacheteros a perrear y cachetear el jamón con piña... Me acordé del Bambi, uno de mis mejores panitas que el cabrón juraba que era el más que bailaba de to’... de las estrujas que nos dábamos con las nenas de la escuela. Me acuerdo que mis panas se abochornaban si se les paraba el güebo y dejaban de bailar. Pendejos que eran si yo lo tenía parao to’ el tiempo y las nenas de no decán na’. Mira que se los dije, cabrones si una mujer siente que uno lo tiene parao se da cuenta de que es por ella, de que uno está así porque ella tiene a uno así, que a uno le gusta como ella le estruja las nalgas, se sienten alagadas. Siempre se los dije y no me hacían caso y les juraba que no había una que se me despegara, es más me apretaban más las nalgas contra el bicho, y los mamaos me coreaban bellaco alrededor creyendo que me abochornaban. Después ellos se iban con las ganas y yo con una colección de recuerdos pa’ pajearme...

Desde la high pa’ acá no me dí más bailaitas como aquellas, y jamás pensé que podía sentirme más bellaco que entonces, pero cuando perrié por primera vez con Atabey eso estuvo mal, y eso que ya era con el Daddy Yankee pendejito de ahora. No fue ni el tejemeneje del culo hermoso de esa mujer, ni el rozao de frente, ni que me agarrara el cuello. Fue verle la cara de bellaca bailando... me miró por encima del hombro cuando se dio cuenta de que lo tenía tan parao que me dolía. No me despegué y ella apretó... ese fue otro momento detminante. Ahí supe que era de las buenas...

El recuerdo me pompeó, como que me dio esperanzas. Me metí a bañar recordándola y cantando que tengo la fuerza, que tengo la fuerza, que tengo la fuerza, que tengo la fuerza, que tengo la fuerza, que tengo la fuerzaaaa.... mañaaaaaaa...

EME

Eme utiliza un sombrero de Panamá en honor a Andrés Jiménez, el Jíbaro y planea reemplazar a Eva Green en la próxima película de James Bond
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3 observations:

Ana Oquendo dijo...

Magistral.

Unknown dijo...

aqui llego el cabron de cabrones.. saludos

Anónimo dijo...

Aceptarlo es el primer paso.